El Aprendizaje y trabajo cooperativo es un enfoque que trata de organizar las actividades dentro del aula para convertirlas en una experiencia social y académica de aprendizaje. Los estudiantes trabajan en grupo para realizar las tareas de manera colectiva. De esta manera el aprendizaje de los alumn@s va a depender del intercambio de información entre ellos mismos. Uno de los precursores de este nuevo modelo educativo fue el pedagogo norteamericano John Dewey, quien promovía la importancia de construir conocimientos dentro del aula a partir de la interacción y la ayuda entre pares en forma sistemática. Si bien en la literatura pedagógica tiende a verse la relación aprendizaje colaborativo – cooperativo como sinónimos, según autores como Panitz «La diferencia esencial entre estos dos procesos de aprendizaje es que en el primero los alumnos son quienes diseñan su estructura de interacciones y mantienen el control sobre las diferentes decisiones que repercuten en su aprendizaje, mientras que en el segundo, es el profesor quien diseña y mantiene casi, por completo el control en la estructura de interacciones y de los resultados que se han de obtener». ¿Cómo podemos aplicarlo en él aula? Mediante los llamados «grupos base»: son grupos formados por cuatro alumnos donde uno es cooperador, otro puede tener necesidades específicas de apoyo educativo y los dos restantes tienen un nivel curricular adecuado. Lo que pretendemos con este aprendizaje cooperativo es que el alumno pase a ser el protagonista de su propio aprendizaje y el maestro pase a ser el facilitador del conocimiento. Cómo ponerlo en práctica en el aula: Haz que los alumnos coloquen todo su material escolar en sus mochilas y vacíen sus pupitres. LÁPICES AL CENTRO DE LA MESA El maestro/a reparte a cada equipo de cuatro los ejercicios a trabajar y cada alumn@ se hará cargo de un ejercicio, y deben hacer lo siguiente:
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